martes, 9 de septiembre de 2014

Michelle Jenner Husson


Michelle Jenner Husson (Barcelona, 14 de septiembre de 1986, Virgo) tiene mirada azul de  manantial porque su juventud no la acredita para las turbulencias, profundidades y complejidades de una mirada marina, oceánica. Michelle Jenner es una estatua griega traída a la vida cuyas interioridades de agua se ven a través de los cristales de sus ojos. Su rostro fresco, todavía núbil, es más propio de una canéfora que de una reina provecta, por mucho maquillaje que le apliquen, mal que le pese a Televisión Española.

La edad de Michelle Jenner lastra o aligera también su interpretación, carcaterizada por una suavidad impropia de una soberana medieval con más de áspera cretona que de sedosa gasa. No importa que TVE (o la productora) la meta en un traje digno de los matachines de la Puerta del Sol, todo relleno y gomaespuma por el que se le escurre la osamenta curvilínea a la reina de las series patrias. Pero también lastra su credibilidad como Isabel unas capacidades interpretativas algo limitadas (digan lo que digan sus premios y nominaciones), debidas quizá a que no completó su formación escénica. El irresistible físico de la criatura podría haber sido su mejor aliado y su peor enemigo al atraerla antes de tiempo a las tablas televisivas; ya se verá cuando cumpla los cuarenta.

De momento, la seguiré disfrutando, aunque desde que se puso regia ya no me posa como antes, marcando tatuaje sobre la ingle. Me pregunto si este hacer de vieja tirana desde los veinticinco años no hará que cuando llegue a los sesenta le entren unas ganas locas de subirse a unos patines en triquini y comer en el McDonalds. Yo espero que muerta Isabel, Michelle resucite del cadáver y se encarne en papeles más ajustados a su físico y sus dotes. Y no me refiero a encasillarla, ni a hacer de sí misma (como pasa con muchos actores y actrices), sino a que así como la guitarra eléctrica puntea Thundestruck y el violín despierta Las cuatro estaciones, la catalana de padre inglés y madre francesa, bendita mixtura de genes y nacionalidades, interprete papeles que no resulten antinaturales en ella. Que enseñe carnes, coño, que ya le llegará la edad de taparlas.

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